martes, 29 de julio de 2014
Regresar cuesta mucho, lejos queda la playa, la piscina, las atenciones del hotel, hasta los numerosos recados en el pueblo... prefiero mil veces esto último que sumergirme en las profundidades del metro. Y es que, ya sabéis que el metro es un lugar donde puedes encontrar cosas raras, pero mira que encontrártelas dos veces... ¡tiene delito!
El primer día que vuelvo a poner un pie en un vagón y me encuentro con el Bromista del metro disfrazado de mujer. ¡Madre mía! dejo a la muñeca de trapo para convertirse él en una, y lo peor es que esta vez iba con guitarrista incluido.
Ni que decir que alguno le puso fino, fino. Por decir algo, lo más bonito que le dijo es que dudaba que se hubiera duchado, y todo ello acompañado de un sutil meneo de caderas acorchadas y un sugerente "mira que pecho de vasos de plástico tengo..."
No tengo palabras... ¡¡No quiero volveeerrrrr!!
PD: Dedicado a todos los que como yo, tienen sindrome posvacacional ¡buuaaahhh!! :(
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Bienvenida!!! Ay, es que volver a mitad de verano! Ánimo! Vas a necesitar muchas fuerzas si a la vuelta te reciben así en el metro, jajajja Supongo que echando de menos días de lluvia y frío, jajajja
ResponderEliminarBesos, guapa!
Jaja os he echado de menos a vosotros!!! Si el recibimiento ha sido con los brazos abiertos pero para pasarme marrones!! buaaahhh!! que mal me quiere esta gente jejej. Un besote guapa y gracias por no faltar a la cita ;)
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