viernes, 5 de diciembre de 2014


Para descargar la postal aquí 

Queridos amigos, 

Cuando leáis esto estaré lejos, en un lugar sin internet, sin cobertura, en lugar donde está la familia y el descanso necesario, que la ciudad a veces no proporciona. Me marcho hasta Enero, si mucho tiempo ¿verdad?, pero lo hago para abordar una historia que hace mucho me anda rondando la cabeza, que me resulta difícil de desarrollar pero que tengo muchas ganas de darle forma, de empaparme de ella y ver que surge.

Nuevos proyecto, pero no penséis que abandono los viejos, no. A mis queridos vecinos  es imposible olvidarlos, aunque aviso creo que en los próximos capítulos esto dará ¡un giro! ;). Tampoco puedo perder de vista al trasto de Lito, o a las nuevas lecturas. 

Nos vemos a la vuelta, cuando nos hayamos  hartado de disfrutar, descansar, comer dulces… cuando hayamos pasado el trance de entrar en un nuevo año y abandonar uno viejo. Venir con ganas renovadas, que yo aquí os espero con muchas lecturas y ganas de leeros. 

Me despido. Pasar una muy Feliz Navidad.
Soraya. 






jueves, 4 de diciembre de 2014



Por fin había llegado el gran día. Todos estábamos impacientes por el gran acontecimiento, por ver a la novia, a los novios y por ver si realmente iban a saltar chispas entre ellos. Mi madre y yo, apoyadas en la barandilla de mi terraza, observábamos las pequeñas cabezas que aparecían ante la expectación.

Los invitados de Encarni iban llegando con cámaras en la mano, con muchas sonrisas y abrazos por doquier. Los de Juan y David, nuestros queridos guays, daban un toque chic a nuestra anticuada calle. 

Todos esperábamos la salida de los protagonistas que lejos de salir de sus casas lo hicieron desde la de Mácu. Encarni lucía un traje de chaqueta y falta en color crudo con unos zapatos de salón a juego, un tocado en uno de los lados de la cabeza con plumas que bailaban alegres y un precioso ramo de rosas blancas. A cada lado de ella estaban los novios que la ofrecían con gusto sus brazos y que vestían sendos trajes negros con camisas blancas y pajaritas de color negro también y que además de traje compartían sonrisas. 

Se les veía radiantes, felices y sobretodo reconciliados. Al final triunfaron los tres y todos los invitados aplaudían expectantes ante su salida. Bueno todos menos uno, que no sé porque aplaudía mirando mi terraza, mirándome a mí… Claro, que yo también me le quedé mirando porque aquellos ojos… aquellas orejas… aquel hombre me sonaba mucho... pero ¿de qué?



miércoles, 3 de diciembre de 2014

Platón, Platón… a más de uno le habrá salido sarpullido al leer el título, pero tranquilos que lo que os traigo es filosofía, si,  pero en un contexto muy divertido.

Cuando era estudiante (uff que tiempos aquellos y que lejanos jejej) la filosofía se me atragantó y me fue imposible sacarla a la primera. Sin embargo la aprobé y aquí estoy sentada en frente del ordenador aun sin saber si al escribir existo o solo soy una ilusión óptica de la caverna de Platón. Sin embargo con este libro me di cuenta que no había estado calentando la silla, que algo se había quedado en mi cabeza.

Este es un libro con un título largo pero de extensión muy cortita. Es ideal para leer en la playa o en temporadas como la que se avecina, que está llena de cenas, comidas, compras, fiestas…. Vamos una temporada con demasiado poco tiempo.

El libro es para deshacerse en risas, porque no es nada más y nada menos que un buen puñado de chistes sobre filosofía.  No, no arrugues la nariz que casi no te das cuenta. Es una manera práctica de explicarte las diferentes corrientes ideológicas, a través de buenos ejemplos y que mejores ejemplos que buenos chistes. Fíjate si los hay buenos, que un compañero que conocí hace años los contaba como si tal cosa en su día a día y la verdad es que nadie se daba cuenta de lo que encerraban. Y si no mira este ejemplo sobre la teoría de la lógica:

Holmes y Watson se han ido de acampada. En plena noche, Holmes se despierta y le da un codazo a Watson.
- Watson -le dice-, mire al cielo y dígame qué ve.
- Veo millones de estrellas, Holmes -responde Watson.
- ¿Y qué conclusiones saca, Watson?
Watson se detiene a pensar.
- Bueno -dice-. Astronómicamente veo que hay millones de galaxias y, potencialmente, miles de millones de planetas. Astrológicamente, observo que Saturno está en Leo. Por la hora, deduzco que son aproximadamente las tres y cuarto. Meteorológicamente, sospecho que mañana hará un día espléndido. Teológicamente, contemplo la grandeza de Dios y nuestra pequeñez y sinsentido. Esto... ¿y usted qué ve?
- Watson, estúpido, ¡que alguien nos ha robado la tienda!

Tiene su punto ¡eh! El título es largo por una razón, pero esta tendrás que descubrirla leyéndola porque es en el prólogo donde viene, pero te digo tiene su aquel. Críticos, ¿vuestra puntuación?



¡Fantástico!, pues ya sabéis libro ideal para acabar el año o para pedírselo a nuestros queridos Reyes Magos jeje.

Nos vemos el próximo miércoles... ¡pero de Enero! en breve nos marchamos de vacas, yo y lo críticos jejej.



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