viernes, 27 de septiembre de 2013

¡No puede ser!, otra vez llaman a la puerta, ¡no hay manera de que una esté tranquila en su propia casa! Pues lo siento pero esta vez no abro la puerta, que venga más tarde o que no vuelva, total no será importante….

Toc, toc, toc. ¡Madre mía, que insistencia!, nada que no hay manera de ver la serie, ni cascos, ni leches, ¿quién demonios será a estas horas…?

¡¡Ohhh!!  Cielos... ¡Bitácoras! ¿eres tú? ¿Ya estás de regreso...? 

Queridos amigos os presento a los Premios Bitácoras 2013:




Por noveno año consecutivo los premios Bitácoras vuelven a aparecer en la vida de muchos blogger, bien para ser premiados, para dar a conocer muchos lugares escondidos en esta inmensa red  o para pasar un rato agradable conociendo nuevos compis de profesión.  Y digo bien, porque tener un blog es un trabajo, es una profesión que de manera aficionada y desinteresada hemos adoptado muchos. 


Aunque también te digo que es una manera de ver la vida, porque al final uno pone el modo on y se convierte en un vicio el buscar ideas. Te pasas horas pensando en que va a escribir, como lo vas a escribir, revisando lo que vas a contar una y otra vez, para que tenga calidad, que esté sin errores... Además terminas enganchado al móvil, a la libreta… nada se puede escapar. 

Pues eso, lo que te decía un trabajo pensado para vosotros los lectores, que nos premiáis con vuestra sola presencia en ese contador de visitas donde quedáis registrados, en esos comentarios que algunas veces nos hacéis en persona o de manera virtual, y que nos arranca una sonrisa.  

Y por ello te presento mi candidatura a tan prestigiosos premios, que como no podía ser de otra manera, tenía que ser a través de un pequeño relato. Ahora coge el ratón, siéntate cómodo, porque te toca a ti terminar esta historia. Aunque yo te doy una pista para que tu cursor no parpadeé en una hoja en blanco, como le pasa a muchos escritores… ¡se sale por ese botón de ahí arriba!  ;). 

 




jueves, 26 de septiembre de 2013


Hoy toca futbol. No, no pienses que estoy muy puesta en este tipo de novedades televisivas, mi sabiduría se debe sobre todo al Chema, el Kiosquero.

Chema es un tipo cincuentón, papá de chavales demasiados adultos para vivir con él y amante del futbol sobre todas las cosas. Y digo bien, porque mi querido vecino fue abandonado por su mujer por sentir más pasión por el deporte rey, que por ella.

Así que ahora vive solo en un piso, subsistiendo de la venta de periódicos y revistas a tutiplén, pero la verdad es que a pesar de que su vida tiene pinta de ser un desastre, al Chema se le ve feliz.  Quizás porque ahora no hay quien le prohíba ver cada partido y disfrutar como si fuera el último que va a ver. 

Todavía recuerdo el día en que oficialmente estaba divorciado, nos enteramos todos porque se puso en medio de la calle gritando a grito pelao: “ahora que la bruja de mi mujer se ha marchado, me he comprado la camiseta de la selección, ¡mirarla bien, que esta es la del equipo campeón!”.

Que susto nos dio, pensamos que le estaba dando algo. Y la verdad es que casi, casi porque después de pronunciar aquella gran frase, estalló en tremendas carcajadas hasta que de pronto se hizo el silencio. Salimos todos por la ventana y vivimos a un Chema con cara desencajada… había estirado tanto la camiseta para que se viera bien que al final la rajó de las costuras.  Este Chema es todo un caso...

Así que los días de partido, como hoy, nuestro kiosquero se planta la camiseta, con raja incluida, y se entretiene haciendo apuestas  con todo hijo de vecino que entre en el kiosco. Para mi suerte hoy está la “La Gaceta”,  así se hacen compañía mutuamente, aunque cogeré la revista y me iré lo antes posible, que con esa no puede y la despacha rápido el jodio.


Related Posts with Thumbnails

Como pasa el tiempo....

No te pierdas lo nuevo de Revuelto de Neuronas en tu email,¡suscríbete!:

Delivered by FeedBurner

¡¡¡Sigueme!!!

¡Ojo! aquí quedas fichado...