viernes, 15 de noviembre de 2013
¿Te enteraste de la noticia? hubo un terremoto el otro día, si, como lo oyes. La verdad es que es raro pensar que en pleno Madrid pasen en estas cosas, pero ocurrió y en mi barrio se sintió. Así que te puedes imaginar cómo estaban los habitantes de la calle San Luis, más que locos (que eso están siempre) ¡para encerrarlos en un manicomio!
La verdad es que según me dijo mi madre por la mañana el terremoto no fue nada, apenas se sintió, pero eso a nivel de mis vecinos es como si la tierra se hubiera partido en dos. Así que a las 6 de la tarde cuando llegue, estaban todos en corrillo hablando sin orden, ni concierto. Era como un murmullo a grito pelao, donde no se entendía nada de lo que decían.
De modo que intenté calcular la forma de pasar sin que se dieran cuenta, pero esta gente tiene un radar y aunque solo se hubiera asomado un pelo de mi flamante melena, todos se hubieran girado. Así que, decidí no intentarlo y coger el toro por los cuernos. 
En un abrir y cerrar de ojos, me encontré rodeada de mis vecinos contándome sus diferentes versiones de lo ocurrido:
-¿No lo has sentido?, pues ha temblado todo.
-Estaba en la cama y vi cómo se rajaba la pared.
-¡¡Uff!! pues yo desayunando y la mesa se tambaleo tanto, que se calló todo.
- En mi casa se han desprendido los armarios de la cocina.
- Yo tuve que bajar corriendo porque creí que el camión de la basura se había empotrado contra el escaparate.
- ¡¡Ayyy!! Yo he pasado un miedo de cojones, ni el Richar con sus amenazas…
- Pues si, ¡yo también! no quiero más fenómenos naturales…
- ¡¡¡Silencio!!!-Enmudecieron en el momento- vosotros sí que soy fenómenos raros...
Son las 11 de la noche y todavía no puedo evitar reirme después de ver sus caras. Será una noche muy larga porque hasta que me pueda dormir, todavía me quedan unas cuantas carcajadas.


domingo, 10 de noviembre de 2013
Allí de pie frente a una tela metálica, frente al escenario creado para otra finalidad, comenzó el desfile. Sin orden, sin concierto, los modelos pasaban con vaqueros, con faldas, con blusas o camisetas. Lo mismo daba si los colores conjuntaban, si las botas eran demasiado altas o si el traje se lucía con deportivas.

Todos y cada uno de ellos paseaban con la nariz bien alta, henchidos de orgullo demostrando que su conjunto era infinitamente mejor que el del anterior.

El último en desfilar lo hizo por delante de mí, por delante del metro que acabada de aparecer. Con nacionalidad coreana y jersey de Lancoste, fue el último en poner el broche de oro a un loco desfile antes de viajar.
Related Posts with Thumbnails

Como pasa el tiempo....

No te pierdas lo nuevo de Revuelto de Neuronas en tu email,¡suscríbete!:

Delivered by FeedBurner

¡¡¡Sigueme!!!

¡Ojo! aquí quedas fichado...