miércoles, 21 de octubre de 2015
Algunos pensareís que me he vuelto loca después de tanto descanso pero no, simplemente que quise cambiar de registro. Perseguir asesinos y buscar pistas entre los cadáveres que se ocultan en los libros, pueden agotar. Asi que decidi explorar mi yo romántico, para ello tiré de internet y me topé con este clásico: Orgullo y prejuicio.

Una novela que suena a tostón pero que contiene muchos elementos para que resulte finalmente una novela atractiva: hay celos, rencor, miedos, cariño, pasión, ego y por supuesto mucho pero que mucho amor.

Porque pasar las hojas es meterse de lleno en el mundo del s. XIX, donde la misión más importante de una familia noble era la de casar a las hijas con un buen partido, y más si la riqueza de la familia podía cambiar de manos a la muerte del patriarca. Cinco hijas de las cuales una de ellas será nuestra protagonista: Elizabeth Bennet, que conocerá al hombre de su vida aunque al principio pensará que no es más que una china en su zapato y en el de su hermana, que comprometida con un buen hombre verá fustrados sus sueños.

Obra renombrada de la literatura inglesa, nos presenta un desarrollo emocional de los personajes que maduran a la vez que lo hace la narrativa de la novela. Con un lenjuaje muy clásico pero fácil de leer, incluso me atrevería a decir que contiene algo de pura poesía entre sus párrafos, cosa que para los amantes de las frases bonitas puede convertirse en casi un diccionario de cabecera. Además su ritmo es casi perfecto para irte enganchando poco a poco hasta el punto de no querer abandonarla jamás o bueno... al menos en ese momento ;)

Quisierá decir un urra por Jane Auster, que con unos cuantos personajes y una trama muy simple supo describir la campiña inglesia de aquellos siglos con un toque irónico que a día de hoy no pasa desapercibido. Me gusta si, e igual leo más libros de ella. 

Criticos, ¿vosotros que opinaís?
Si lo es. Supongo que habrá alguno que le de vaguería leerla, pero aquí no tenemos excusas para tener algo de culturilla literaría, porque la tenemos en película asi que si nos sabeís que hacer ahora que llegan las lluvias... dejar el orgullo y prejuicio a un lado ¡y haceros unas palomitas! ;)



martes, 20 de octubre de 2015




Hacía mucho, pero que mucho tiempo que no me cabreaba con el metro. Y es que basta que se avecine una huelga para que haya un tren averiado, una incidencia en la línea o… ¿una avería en la señal? Eso es nuevo ¿no?, a mí me parece una tomadura de pelo por encima de todas las cosas. ¿De verdad que todas las incidencias se tienen que juntar en la misma semana que hay convocada una huelga? Que coincidencia ¿no?

Es el colmo que para lo que pagamos, que es una pasta al mes, tengamos que soportar parones cada 5 minutos en cada parada, aglomeraciones en las estaciones, en el vagón, olor a sobaco, apreturas, pisotones… hasta que por fin llegas a tu destino. Y para cuando llegas es un triunfo salir de ahí porque vamos como chinches, que a veces me pregunto cómo anda ese cacharro con tanto peso.

No, esto no está pagado de ninguna manera y para colmo la gente que no tiene ni idea por donde salir que se queda parada en la escalera, ¡por Dios que hay pasillo de sobra para que aclares tus malditas dudas! 

No, no, hoy no estoy para tonterías, hoy si os cruzáis en mi camino tener cuidado ¡que muerdo!


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