viernes, 6 de junio de 2014


Cuando Manolo llegó a nuestra casa cabía en la palma de una mano, tenía apenas dos meses y era un bichillo peludo con rayas marrones, parecía un pequeño tigre. Lo adoptamos como a un hijo y se ha convertido en el mimado de la casa, tanto que al día de hoy cuando nos preguntan siempre contestamos que somos cinco en casa. 


Llegó un 25 de julio, y la verdad es que le podíamos haber llamado Santiago pero a nadie se le ocurrió que debía tener nombre, hasta que mi abuela no nos dijo… "¿Dónde está….? ¿Oye y como se llama el bicho?". Hay nació nuestro problema, ese al que se enfrentan los padres primerizos… ¿Cómo le llamamos?


Mi hermana que por aquel  entonces era un renacuajo se empeño en llamarle “Chispi” y yo: por Dios, Chispi es un nombre cursi y además piensa que no le pega nada…y cuando sea mayor ¿qué? (Ni que fuera a ser abogado, ya ves…) y mi hermana: y entonces como ¿eh?, Iker contesté, no me gusta y con su respuesta el bichillo peludo se quedó en el limbo de los nombres hasta que una noche estrellada, a la luz de la luna, en familia,  respirando el aire puro del pueblo pregunte a mi padre:

-¿Cómo lo llamamos?
-¿A qué?
-Al animal…
-¿Qué animal?
-Jo papá.. pues ¡al gato!
-A mí me da igual
-No hombre, es un miembro más de la familia (hay nació una defensora del pueblo)
-Que me da igual
-Pero hombre pap…
-Manolo
-¿Cómo?
-Manolo. Yo que sé me da igual

Al final tras duros debates y duras discusiones tomamos la decisión de que fuera por sorteo y salió Iker. Mi hermana montó en cólera... así que sin más remilgo y harta de tanto devaneo declaré: Pues ni Chispi, ni Iker, ni Manolo ¡Manolito y punto!

Finalmente fue inscrito como Manolito, aunque para nosotros siempre ha sido Lito, bueno y... ito, gordo, mono, peluche, guapo, pelusa, bicho, cosita, enano, feo.... madre mía este gato tiene más nombres que la Duquesa de Alba.



2 comentarios:

  1. Jajajaja qué bueno! Me hace gracia que se le pongan a los gatos nombres tan humanos. Mira, el casa del que ahora es mi marido siempre ha habido gato. Bien, el último, que el pobre murió de viejo no hace mucho, se llamaba Paco... Pues el novio de mi cuñada (con el que comenzó a salir después de que el gato llegara a su casa) ¡se llamaba - y se llama - Paco! En fin, casualidades curiosas.

    Olé por las novedades en el blog, me encantan!

    Besos!

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    Respuestas
    1. Jajaj casualidades que tiene la vida!! espero que ninguno de los yernos de mis padres se llaman Manolo porque entonces va a tener broma para rato!!.
      Me alegro que te gusten el próximo viernes más!!.
      Besos!!

      Eliminar

¡¡¡Muchas gracias por tu comentario!!!

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