martes, 26 de mayo de 2015


 
Iban dos. Dos señoras con sus pendientes de perlas, parloteando, con sus morros pintados, con sus taconcitos y sus mejores galas. 

Parece ser que las tacitas de café eran demasiado mona para un sitio como ese y que el café era excesivamente fuerte, pero que la tarta de zanahoria si era estupenda, claro que ¡uff!  Cómo va el metro y no hay sitio y fíjate que todos son jóvenes, pues ese de la maleta se podía levantar que ocupa mucho sitio, y….Espere, espere señora ¿Usted que se ha ido de picos pardos, es la que pide un asiento? ¿Usted que no tiene nada mejor que darle al pico con su amiga en una cafetería? ¿Usted que lleva sus mejores galas es la que exige ir sentada porque es mayor? Si usted es mayor y puede irse de fiesta,  también es mayor para aguantar de pie después de un día de palique,  porqué ¿sabe de dónde vengo señora? ¡¡De Trabajar!!! 

¡Hombre ya! que todo lo achacamos a la edad...


4 comentarios:

  1. Es que a mí esas cosas me indignan. Si veo a un pobre viejecillo que no puede con su vida soy la primera en darle el asiento pero en cuanto veo a una de estas señoras mejor peinada que yo, con sus tacones y su bolsa de ECI, que se nota que está menos cansada que yo, paso olímpicamente. Y que me llamen insensible. Jajajaja. Besotes!!!

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    1. Exactamente eso, no lo hubiera dicho mejor jejeje. Besotes guapa!!

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  2. Por eso yo viajo de pie si hay pocos sitios. Porque soy antiguo. Porque me sigue dando corte ver a una señora de pie mientras yo voy sentado, aunque sea de esas.
    Besos.

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