jueves, 30 de abril de 2015



Me dolían las piernas de tanto correr, los tacones parecían que iban a echar humo pero por fin, por fin vía a lo lejos la puerta del bar.  

Entonces empecé a sentir que el corazón se me salía por la boca, que las dudas corrían por mi mente: ¿Le doy dos besos?, ¿la mano…? No pero que dices, eso es muy frio. ¿Y si me da un beso en los labios…? Ahí Dios mío ¿y qué hago si se le ocurre? No pero… y si de manera inconsciente me aparto… ¡o le pego un empujón! Se sentirá rechazado y luego ya… ¡Para! Mírate en el reflejo del coche, respira hondo y… ¡a por todas!

Solté el aire despacio a la vez que abría poco a poco la puerta del bar, a la derecha allí sentado frente a la ventana con reflejos dorados en el pelo, con el brillo en sus ojos marrones mirándome con una sonrisa de oreja a oreja y con los mismos nervios reflejados en su rostro estaba Carlos.  

Observada por sus enormes ojos me acerqué poco a poco, con tan mala suerte que me tropecé con el camarero que me tiró la bandeja encima.

-  Perdona, de verdad lo siento… yo…
-  No pasa nada yo estaba despistado, ¿estás bien?
-  Si yo si, mi blusa no tanto la verdad…
-  Ya veo, déjame que te ayude.- y con el trapo me fue a limpiar cuando Carlos se lo quitó de las mano.
-  No te preocupes ya la ayudo yo.
-  No contaba con que sus delicadas manos limpiaran mi blusa en la primera cita, pero lejos de ser una escena romántica, se dedicó a sacudir el trapo como si tuviera polvo en mi pechera. 
-  Eh… tranquilo déjalo tengo por aquí un lápiz de esos que limpian manchas… - me dedique a rebuscar por el fondo de mi bolso que aunque no era enorme era lo suficiente profundo para parecerse una una Mary Poppins buscando la lámpara de pie. 

-  Ah… aquí está.- y saqué una especie de boli quitamanchas que había comprado por si acaso surgía una pequeña mancha o algo así. Por supuesto no pensaba usarlo, solo era eso un "por si acaso". Ya sabes mujer prevenida vale por dos.

Carlos miraba el suelo con cara de asombro. Al bajar la mirada, descubrí que se me habían caído las medias que había guardado deprisa y corriendo al suelo. 

-Yo... esto... - con la cara como un tomate y las lágrimas a punto de salir, recogí mis pertenencias y salí corriendo. 

Aquella idea de tener una cita romántica y perfecta se había evaporado.  



2 comentarios:

  1. Noooo. ¿Por quéeeee? Las mejores comedias románticas incluyen escenas así. Jajajaja. Besotes!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jajajaja pues si... ya veremos como termina la primera cita y ahí lo dejo ;) Besotes.

      Eliminar

¡¡¡Muchas gracias por tu comentario!!!

Related Posts with Thumbnails

Como pasa el tiempo....

No te pierdas lo nuevo de Revuelto de Neuronas en tu email,¡suscríbete!:

Delivered by FeedBurner

¡¡¡Sigueme!!!

¡Ojo! aquí quedas fichado...