No lo puedo evitar, es ver a una mujer sacar el espejo y sentirme atraída como un imán. ¡Ojo! no es por lo que piensas, si no porque detrás viene el rímel, la sombra y el colorete, y ante eso no puedo dejar de pensar que van a quedar echa un asco… Aunque he de decirte que a veces me sorprende el resultado.

Lo primero que sacan es la crema hiper-mega hidratante, vamos de esas que te dejan la cara blanca. Eso no hay Dios que lo funda, por más que te manosees siempre tienes alguna parte  blanca… Al final se cansan de restregarse la cara y sacan el maquillaje. ¡No hombre, no! ¡Que la mezcla no puede ser buena!... en fin, tras hacer un “apaño” pasa a la sombra.

Teniendo en cuenta que estamos en el metro no hay pinceles que valga, así que al estilo prehistórico, toman la sombra de la mini paleta con el dedo y lo restriega contra el parpado. La mayoría eligen un color a lo bestia como el... ¡Azul! Alma cándida... que para trabajar el vainilla ¡te sobra! No hay remedio…

El turno al lápiz de ojos, ahí es cuando entras en pánico… te dan ganas de levantarte y quitárselo de las manos con un: “¡mujer que te lo vas a clavar con tanto meneo!” Pero sorprendentemente lo desplazan de lado a lado con tanta precisión que te quedas atontá, ¡ni yo mirándome al espejo de mi baño, me pinto la raya así!

Al final toda orgullosa y digna pasa al rímel. Ya se te salen los ojos de las órbitas porque piensas que la mujer va a terminar sin un ojo o sin los dos,  pero lo cierto es la técnica usada es ¡impresionante! Cierran el ojo y aprietan contra las pestañas… nada que no hay atisbo de volverse oso panda….

Ains pero cuando pasa al colorete… el colorete… no, no es su fuerte. Con el índice y el anular toma producto y… ras, ras, nos vamos a la guerra…

Ahora sí que sí, un desastre total… ¡mujer que te habías puesto la sombra antes! Madre del amor hermoso, ni con el gloss remata esto. ¡Ay Dios! si Picasso levantara la cabeza se quedaría sorprendido de las técnicas, pero sobretodo del ¡cuadro! :S