domingo, 23 de septiembre de 2012






Ya no se escucha el último susurro del mar, ya no se divisa la última vista a un horizonte que se pierde en una delgada línea azul. Ya no se pueden ver los últimos rayos de sol que doran los cuerpos semidesnudos extendidos sobre delgadas toallas, preservándolos así  de ser rebozados en la fina arena.

Esos momentos se han convertido en instantes fotográficos, guardados en una pequeña caja de latón. Instantes de un verano que ha pasado a mejor vida y nos ha abandonado dejándonos en compañía del estimado otoño. 


6 comentarios:

  1. Tu relato me ha parecido precioso y muy evocador :) Un beso!

    Francesc Barberá

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  2. Muchas gracias Francesc!! El principio del relato lo escribí sentada en la arena de la playa y lo deje ahi, sabía que algún día le encontraría un final. ;). Un abrazo.

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  3. De repente me despertaron las ganas de ir a la playa. Lo malo es que queda a miles de kilómetros de mi ciudad. :)

    ¿Te quedaste con más ganas de vacaciones?

    Saludos.

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  4. Uff!!! Con muchas!!! Ahora estoy de camino a un pueblecito de Salamanca!!! Gracias por pasarte!!! Besotes!!

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  5. Vengo de ahí precisamente..
    Seguiré leyendo post tuyos^^

    Un saludo =P

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  6. Que envidia!! yo tengo ganas de volver... me encanto estar allí!! Bienvenido, siéntete como en tu página. Un abrazo!!

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¡¡¡Muchas gracias por tu comentario!!!

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