viernes, 4 de mayo de 2012
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| foto de revisioninterior.blogspot.com |
Era exactamente como la había soñado. Era pequeña y
acogedora, confortable y adaptada a los 40 metros cuadros que formaban cada
parte de ella.
No había detalle en aquella casa, que no se adaptara a su
gusto: los dormitorios con las mesillas unidas al cabecero, las puertas
correderas de los armarios con luces en el interior, el sofá blanco que
presidía la entrada de la casa, que además iba acompañado de una mesa auxiliar
con una alfombra de pelo largo negro.
La cocina, roja con la encimera negra y con muchas flores de
plástico en macetas blancas, que daban un toque de frescura. Y por último el
aseo que aunque era pequeño tenía grandes espejos con luces, que le hacían
parecer más grande.
- ¡Me gusta!- le dijo ella, ya sentada en el borde
del sofá.
- Lo sé, te
has pasado toda la tarde mirando esta exposición, ¡con todas las que hay en la
tienda!
-Cierto. Pero cariño, es exactamente como la
quiero. Está todo como si estuviera hecho para mí, como si un decorador la
hubiera creado para mí. Que me dices: ¿nos llevamos algunos muebles?
- Que te puedo decir.... “bienvenida a la república independiente de tu casa”.
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Querida amiga;
ResponderEliminarElegir el momento, disfrutar de tu casa, aquella que nadie te ha impuesto, aunque sean cuatro paredes es más importante que vivir en una mansión que no mimaste, que no tiene tu esencia,
Por eso, estoy contigo, Se feliz en la república independiente de tu casa.
Un saludo
jaja que lindo comentario Ely!! claro que sí hay que ser feliz en el lugar que más protegido se siente uno: nuestra propia casa!!. Besotes amiga!!
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