martes, 28 de septiembre de 2010
Me encantan las noches de los domingos, toda la familia pendiente de la caja tonta y de la ruta del dragón, la tercera temporada de Pekín Express.
Es una noche en la que ninguno perdemos detalle de los concursantes, donde se comparten risas y donde se comparten opiniones. Eso sí nunca falta el que manda callar por que los demás no paran de criticar o alabar alguno, no falta aquel que se duerme pero hace lo posible por mantener el ojo abierto, el que está deseando de que llegue el descanso para ir al baño….
foto de la web cuatro.com
Y es que Pekín Express es uno de tantos programas que está formado por concursantes que ganan dinero. Pero no solo es eso, es un programa que te acerca a esos países hundidos en la pobreza, pero con una cultura extrema que nunca sabes si pisarás. Países que esconden rincones inigualables, inimaginables y mágicos. Que además esconden humanidad por cada calle, callejuela, plaza o edificio que se pise. Por que es increíble imaginar que personas que apenas tienen nada, confíen en un desconocido y le brinden su casa, su comida y hasta su cama, sin pedir nada a cambio.
No puedo negar que me gusta el programa y que los nuevos concursantes están cumpliendo con las expectativas que tenía, que eran bastante altas. No me decanto por ningún favorito, lo dejo en el aire… igual el próximo domingo.
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