Parece que la calma se ha instalado en la Calle San Luis, debe ser el otoño… que al igual que trae la caída de hojas, los chismes también se caen. Claro que escuchando tanto bullicio que hay afuera en estos momentos, he cantado victoria demasiado pronto…

-Pero ¿y entonces? Te vas de vacaciones ¿no?

-Que no Mácu. Como me voy a ir de vacaciones, si me van a poner una rodilla nueva ¡Ay qué bien!, por fin…

-Hija estas más contenta que yo, si hubiera recibido una edición especial de la Gaceta. Yo no estaría así por entrar en un quirófano. 

-¡Hombre María!, es que estoy harta de ir cojeando, y ahora con mi nuevo minisco voy a poder hacer muchas cosas…

-Ya… yo es que a los quirófanos les tengo pánico, aunque sea para que me arreglen algo. Entras ahí y luego más que arreglar, te sacan otra cosa...

-Desde luego. Yo la única vez que entre fue con el Jonathan y la Jenny, y no vuelvo, ¡no vuelvo!

-¿Seguro?, porque te han atribuido unos cuantos rumores...- Mácu empezó a encenderse como una bombilla y a mirarla de reojo con odio, aquello suponía un golpe bajo…

-¡Ea, muchachas! No empecéis… bueno lo que sea que salga bien Encarni.

-Eso, eso, gracias Merche. Mirar es que es pronto, ya os daré la noticia y va ha ser muy buena, ya veréis, ya, aparte de lo del minisco claro. Bueno os dejo, no, no me entretengáis que tengo mucha cosas que preparar….- Y Encarni entro en su portal con su cojera y su meneo de culo, ese que no falte… eso sí, antes de cerrar la puerta del todo se escucho decir: “si es que ya hace mucho que esta calle no es la mima sin mi… ya verás como con voy a volver, ya…”

Entre el desconcierto de Mácu, la Gaceta y el de Merche, estaba el mío entre medias que me había quedado patidifusa… ¿que se traía entre manos?