Cuando llegué a casa tenía trece llamadas perdidas, no ni una, ni dos... ¡13! y todas desde casa de mis padres. Eso era algo muy raro, porque teniendo en cuenta vivo en la misma calle y que trabajo casi todo el día.... debía ser algo importante.

- Hola mamá, ¿ocurre algo? tengo varias llamadas perdidas vuestras.
- No nada, tranquila pero es que tengo que contarte algo importante.  Bueno pero… ¿tú estás bien?
- Si, si... todo bien.
- A bueno, me quedé preocupada después de lo del otro día... ¿por qué no nos llamaste?
- Pues porque… va, no te preocupes está todo bien...
- Ya, pero ten cuidado. Mira que dejarte la terraza cerrada, pero como...
- ¡Mujer si ya te lo explique!, que fue por una caída... Bueno que es lo que tenías que contarme...
- ¡Ahh! ¡si!, bueno veras es que hoy me han estado llamando cada dos por tres al portero... y sobre todo a las dos.
- ¿Y para eso me has llamado trece veces?
-Shhss caya, déjame terminar. El caso es que estaban venga a llamar, venga a llamar y yo claro no abría, porque pensaba que era de esos que viene vendiendo algo. El caso es que he escuchado al vecino de en frente, el que se quedo con el piso de alquiler porque la mujer le dejo...
-Si mamá, el vecino… y  ¿qué le ha pasado?
- Pues al abrir la puerta de la calle se topó con María.
- ¿La Gaceta?
- ¿La qué...?
- Eh nada, nada... ¿y qué hacía esa mujer ahí?
- Pues le estaba diciendo que había llamado a todos los porteros para avisarnos de que el cartel del gas que pusieron por la mañana temprano, es un timo. Pero estaba histérica porque decía que nadie la contestaba…
- Pero...
- Si estaba gritando, que era un timo, que no le hiciéramos caso al cartel… el vecino la ha echado del portal.
- ¿La ha echado? así con toda su cara...
- Si, pero ella se agarraba al marco de la puerta y gritaba "que yo lo hago por vuestro bien, que es un timo". Le ha costado pero al final la ha echado a empujones…
- ¡Uff! ¡Esa mujer cada día me sorprende más!
- Pues si hija, si...