viernes, 14 de febrero de 2014
¿Qué había pasado?, eso era lo que me estaba preguntando
cuando me asomé, y vi a todos rodeando a Mácu en la puerta de su portal. Los
miraba con cara de sorpresa y entonces reparé en que llevaba un ramo de rosas
rojas bajo el brazo.
-Mira hija, te lo decimos por tu bien. Lo que tienes que
hacer es dejar del todo al Richar, ¿no os habíais separado ya?
-Esos, eso. Encarni tiene razón. ¡Ea! Quilla si ya tienes do
sole…
-No, pero como va a dejar a ese desgraciado, si ya os dije
que tiene ¡tripa sospechosa! ¡Que va a por el tercero!. Que festejándolo el día
de los enamorados ¿no?, ¡no aprendes!- el café rodó por todo el suelo de la
terraza mientras ella sacudía el dedo hacía Mácu y sacaba medio cuerpo fuera-
¡no niña, que no aprendes!
-Tranquila Pepi… mira Macú- la Gaceta dio un paso al frente-
cualquier día coges de todo con esos especímenes que metes en tu cama, espero
que sea con la luz apagada porque si no… -ya sabéis que yo pienso lo mismo-
tienes dos chavales, tus dos J y no te conformas con eso que vas a por el
tercero ¿no? Muchacha, ¡que el cuerpo no se te va a volver bonito por tener
tantos! además es bien sabido por todos que pasas el día haciendo tapper de
macarrones…¿es que no tienes bastantes? ¿No te son suficientes las cacerolas
que tienes que hacer, para alimentar tantas bocas? ¡Si no te van a entrar en la
nevera, cojones!
- ¡María!, como dices esas cosas, chocho.
-¡Calla hombre! Aquí de lo que se trata es de poner las
cosas en su sitio, que ya esta bastante desgracia la Mácu.
No me lo podía creer, que sinceridad…. Pero lo cierto es que
hasta desde la terraza se podía ver la vena de la Mácu. Estaba a punto de
estallar.
-Mira Mácu o dejas a ese Richar de los cojones o… - La
Gaceta sacudía el periódico contra la palma de la mano. La Mácu cogió aire,
estaba a punto de explotar.
- ¿Que cojones me estáis contando?, ¡sois todos unos
gilipollas integrales metomentodo que no tenéis ni jodida idea de nada! Ni
estoy preñada , ni tengo nada con el imbécil del Richar, ni estas malditas
rosas son para mí. ¡Son para mi abuela que las quiere llevar a la tumba!
-¡Ah...! ya decía yo que eran demasiado bonitas para ti.
La Gaceta se alejó con el periódico desplegado bajo la
atenta mirada de la Macú, que al final dio el portazo y se metió en su casa
dando gritos como una descosida. El tumulto se disipó y es que aparte de ser
cotillas integrales tiene buen corazón, aquí hasta los problemas de amor se
tratan de arreglar.
PD: espero que vosotros si tengaís rosas que recibir ¡FELIZ SAN VALENTÍN!
martes, 11 de febrero de 2014
Parece que la gente inactiva está de moda. Ayer como de costumbre me senté en el mismo sitio de siempre a esperar a que el tren arrancara, cuando un chico entró y se colocó justo de espaldas a las puertas de acceso. El muchacho permaneció quieto, muy quieto con la mochila a los pies, las manos agarradas a la altura de la cintura y la mirada fija en un punto en el horizonte.
Era un caso curioso, porque por más que me fijaba en él no pestañeaba, no se le movía un pelo, ¡nada! Era como una estatua en medio del vagón. Fue tanta la curiosidad que me inspiró, que le miraba de reojo incluso cuando estuve hablando con una pareja de ancianos para cederles mi sitio. Pero nada allí estaba del mismo modo que antes. ¡Es que no movía ni las aletas de la nariz! Sorprendente…
La cosa fue que al arrancar el tren saltó de repente:
- ¿Se va a sentar?- Nos sobresaltamos. El hombre sorprendido no contestó, se le quedó mirando.- se lo digo porque hay sitios vacíos- su tono sonó tan brusco, que hasta yo me puse firme y eso que iba sentada.
Y es que le he dado tantas vueltas, que al final he llegado a la conclusión que era un militar camuflado, pero no uno cualquiera, yo diría un legionario de esos con mala leche.
¡Uff! Espero relajarme algún día, el estado "firmes" ¡me dura todavía!.
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