Hace dos semanas que los nuevos se instalaron y ya son el centro de atracción ,para tranquilidad de muchos de nosotros, aunque a ellos no creo que les guste verse vigilados de noche y de día. Ya sabes que en esta calle no se escapa ni una y más cuando se activa el protocolo “novedad”.

Carlos y Mario son dos “amigos” que se acaban de independizar de sus padres, con 35 años ya era hora, aunque tal  y como está la sociedad no puede ser de otro modo… Carlos es amo de casa y su mayor afición según la Gaceta es la de hablar por el móvil. Encarni descubrió que era madrileño de nacimiento aunque sus padres debían de vivir por Toledo, sin embargo Mario es gallego y trabaja como teleco en una empresa de comunicación y marketing, bueno según ella “maquetin”. Pepi decía que les gustaba el deporte… deporte… según me dijo con el café de la mañana en la mano, que lo había deducido porque siempre vestían con chándal… en mi opinión el deporte que más practican es el “sofing” desde donde los deben de ver cómodamente. Chema me dijo cuando fui a comprar la revista quincenal, que uno era del Madrid y otro del Barça pero que no podía decirme de cual era cada uno… 

En fin, todas estas cosas y muchas más en quince días… pero el protocolo sigue en marcha… 

    - Buenos día vecino- Merche en la terraza dando un buen repaso a la barandilla.- ¿Qué o parese el barrio? ¿O habei acoplao bien en la casa?

    - ¿Eh?¡Ah! hola…- Carlos salió con una fregona a limpiar un poco los baldosines de la terraza.-  Pues muy bien la verdad es que estamos contentos y como el barrio es muy pequeñito tenemos de todo. Gracias.

    - ¡Oye quillo! estoy pensando que igual o gusta lo cardillos

    - ¿Los que?.- puso cara de "esta tipa es muy rara"

    - Lo cardillos.

    - No, la verdad es que no se lo que es...

    - ¡Ea quillo! Pues lo cardillos son unos pincho del campo, que se le quita así del lao… mira mejor te traigo unos poco y los probaí…

    - No hombre no hace falt… - Merche ya se había ido y salió con una bolsa llena de ellos.

    - Mira esto lo hechas en la caserola a herví y cuando estén blanditos los rehogas con jamonsito, con un poquito de sebollita, un huevo y una pizquinina de sal,  y ya verá que bueno.

    - Bueno pues los probaremos, pero mujer me has echado muchos…

    - Na, na yo es que ya los tengo un poco atravesao,  pero me lo dió mi cuña y nos lo voy a tirá…

    - Pues... gracias.

    - Pshss Pshss ¿Pepi?

    - ¿Qué pasa Merche?

    - Quilla, que estos son de chuletón ¡que las verduritas ni por asomo!

Lo que os digo, cuando se activa el protocolo….

Muchas señoras que son adictas a las noticias del corazón, (si, no pueden vivir sin saber cómo quedó la reconstrucción nasal de Belén Esteba, como es el nieto de la Pantoja o porque se ha separado Rosa Benito…)  van en el metro con esas famosas revistas y se lo pasan pipa criticando para sí mismas (a alguna he visto poner cara de… “vaya asco de vestido” o de  “¡madre mía,  que notición!” e inclinarse más sobre la misma...). Pero del mismo modo que son adictas, también son muy suyas.

El otro día un señor (¡oh cielos un señor!, si los señores a veces, también se interesan por estos temas, si es que en el fondo todos tenemos alma de cotillas…) miraba por encima del hombro de una señora. Y digo por encima porque estaba ladeada a su derecha, con la revista inclinada hacia su pecho y con las hojas dobladas  haciendo una pequeña montaña para tapar las letras (toda medida es poca…)  y sin embargo aun así el hombre intentaba leer el contenido, al final se tuvo que enfrentar a una mirada de: si vuelves a mirar te arranco los ojos. Ni que decir que el hombre cambió de lado y se pudo a mirar el móvil de la otra, pero bueno eso es otro tema...

En fin...Cuando veáis señoras con revistas pensar que es mejor  comprársela y leer lo propio que lo ajeno, no vaya a ser que hagamos el viaje a ciegas o.O